Ayer, con motivo de la festividad de la Divina de la Misericordia, una treintena de voluntarios y profesionales del Centro de Orientación Familiar de Castellón “Domus Familiae” (COF), celebraron una Eucaristía. Presidida por su capellán, Rafael Manzaneque, tuvo lugar en el convento de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Benicàssim.
La misión principal del COF, que lleva trabajando 21 años en la Diócesis, es ser una auténtica ayuda efectiva a los matrimonios y a las familias, como un servicio especializado de atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones. Escuchando, orientando y acompañando a cada persona que lo solicite.
Para ello, el Centro cuenta con un equipo formado en Ciencias del Matrimonio y la Familia, colaborando todos ellos como voluntarios. Incluye un sacerdote, ocho orientadores, un psiquiatra, dos psicólogas, dos médicos, una bióloga, dos abogados, una trabajadora social y ocho secretarios.
Además de la atención directa a familias en crisis, también cuenta con un servicio de conocimiento de la fertilidad, una escuela de padres dirigida sobre todo a madres y padres jóvenes y con riesgo de exclusión social, y realizan charlas de formación en parroquias.
Cabe destacar que cada año atienden, de forma gratuita, a unas 400 personas, de las que un centenar son nuevas atenciones. El número aproximado de visitas realizadas es de 1700 al año.
El Centro está situado en la calle Estatut nº 2, entresuelo izquierdo, de Castellón. También es posible contactar con ellos a través del correo electrónico cofsegorbecastellon@planalfa.es, o en el teléfono 964723472 en horario de lunes a viernes de 10 a 13 h., y de lunes a jueves de 17 a 20 h.
En este Año de la «Familia Amoris Laetitia», iniciativa del Papa Francisco, el COF responde de una forma directa a las propuestas y sugerencias del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y en los que está trabajando la Delegación diocesana para la Pastoral de la Familia y Defensa de la Vida.
Concretamente a la necesidad de intensificar el acompañamiento de las parejas en crisis (cf. AL 232 ss.) para sostener y formar en una actitud resiliente que les lleve a ver las dificultades como oportunidades, para crecer en el amor y hacerse más fuertes. Y también de las iniciativas de acompañamiento y discernimiento para las familias heridas (cf. AL 50 ss., 241 ss. y 291 ss.), para ayudarlas a descubrir y poner en práctica la misión que tienen en su familia y en su comunidad, a partir del Bautismo.